Si
algo me gusta de verdad es un trabajo bien hecho, y American Horror Story lo es. Todas sus malditas temporadas son terriblemente
adorables. Como adorable y terrible es esta extraña historia de amor
entre dos personajes tan dispares, Liz y Tristan. El modelo, un
juguete roto, es guapo a rabiar. Liz me enamoró desde el minuto dos,
cuando conseguí reponerme al impacto que deja su mero aspecto. Ella
es irrepetible, plena y cautivadora. Os traigo un fragmento de la
quinta temporada, os animo a ver la serie al completo. Sirvan estos
minutos como homenaje a sus creadores, Ryan Murphy y Brad Falchuk. Me
rindo a los pies de su imaginación, caballeros, a su arte y a su
maravilloso estilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario